Así infecta el coronavirus a las células pulmonares
El estudio publicado el 3 de marzo en la revista Intensive Care Med arroja nuevas luces sobre la forma como opera el coronavirus en las células pulmonares. También plantea la hipótesis de que el SARS-CoV-2 podrían ingresar al cuerpo a través del intestino.
La información acopiada hasta el momento indica que el efecto más visible del contagio con coronavirus es una afección a las células pulmonares. Aunque el COVID-19 apareció hace apenas tres meses, ya están disponibles varios estudios científicos que han dilucidado aspectos del virus que ocasiona la enfermedad.
Hasta el momento, todo indica que el virus se contagia a través de las gotitas de saliva o mucosa que salen de una persona infectada, cuando tose, estornuda o habla. Si las mismas entran en contacto con los ojos, la nariz o la boca de otra persona, el virus entra en su organismo.
Una vez dentro del organismo del recién contagiado, las gotitas viajan rápidamente a la parte posterior de las fosas nasales y a la mucosa de la garganta. Luego, se produce una especie de “enganche” entre el virus y las células del receptor. Después, el SARS-CoV-2 comienza la travesía infecciosa que repercute en daño en el organismo.
El virus se aferra
El coronavirus tiene unas proteínas en forma de púas por todas partes. Estas se aferran a las membranas de las células que encuentra y las invade con su material genético. El efecto de esto es que el propio organismo comienza a ayudarle al virus a multiplicarse e impide que el sistema inmunológico actúe como debiera.
De este modo, aparecen copias del virus, y luego nuevas copias, y así sucesivamente. Cada célula llega a reventarse, liberando partículas virales que infectan a las células vecinas. Poco a poco, el coronavirus avanza desde la garganta hasta los bronquios.
Cuando el SARS-CoV-2 o coronavirus llega a los pulmones, se inflaman las membranas mucosas pulmonares. Cuando esto sucede, los alvéolos, que son como pequeñas bolsas de aire, pueden dañarse. La inflamación obliga a los alvéolos a trabajar más arduamente para llevar oxígeno a la sangre y expulsar el dióxido carbónico.
La inflamación, unida al daño en el flujo de oxígeno, puede llevar a que los pulmones se llenen de fluido, pus y células muertas. Esto podría generar una infección: la neumonía. A su vez, eventualmente la neumonía conduce a sufrir síndrome de dificultad respiratoria aguda. En ese punto solo se puede respirar con ayuda de una máquina.
El coronavirus y las células pulmonares
Un estudio publicado en la revista Intensive Care Med logró describir más detalladamente el proceso mediante el cual el coronavirus se adhiere a las células pulmonares. Para hacer la investigación utilizaron un modelo de ordenador.
Según sus conclusiones, el virus se puede adherir a las células pulmonares porque las púas que posee -proteínas puntiagudas- son muy parecidas a un receptor -el ACE2, que también es una proteína- presente en las células del pulmón humano. Esa similitud hace que “encajen a la perfección”, por así decirlo.
Los científicos comparan esa afinidad con una llave y su cerradura. Esto también explicaría la razón por la cual esta enfermedad es tan contagiosa. Los investigadores dicen que el virus reconoce mejor ese receptor de las células pulmonares y por eso se transmite fácilmente. Dicho de una forma metafórica, es como si la cerradura atrajera la llave y viceversa.
El daño en los pulmones
Muchos se preguntan por qué este virus ataca a los pulmones en particular. Una primera respuesta es que estos órganos son especialmente vulnerables a todo tipo de virus inhalados. Sin embargo, la investigación de Intensive Care Med señala que también operan algunos factores biológicos.
Los científicos detallaron que el 83 % de las células que sirven como “cerradura” para esa “llave” que es el virus, están ubicadas en los alvéolos pulmonares. Por lo tanto, esas células pulmonares facilitan la invasión viral. En ellas es donde mejor encaja el SARS-CoV-2.
Sin embargo, el estudio también señala que estas células pulmonares no son las únicas que encajan con el coronavirus. Hay otros órganos que tienen “cerraduras” similares y estos son el corazón, los riñones, el intestino y el endotelio. Los científicos piensan que el intestino, en particular, también es un sitio de entrada importante para el coronavirus.
Estos datos corroborarían la hipótesis de que la pandemia comenzó al comer ciertos alimentos en el mercado de Wuhan. Si esto llega a comprobarse, tendría gran importancia, pues evidenciaría otra vía de contagio y sería muy relevante para la contención del problema.
¿Qué aportan estos descubrimientos?
Como estamos ante un problema nuevo y una pandemia sobre las cual no abundan las respuestas, es importante cualquier avance científico. Los grupos de investigación de todo el mundo están compartiendo sus hallazgos, prácticamente en tiempo real, para avanzar más rápidamente. Conocer el mecanismo del daño pulmonar es una herramienta para que los médicos sepan cómo tratar las complicaciones del coronavirus.